Después de esperar 15 años el Señor me llevó a Escuela de la Fe para prepararme a la misión, ahí profundicé (y lo sigo haciendo) en mi conocimiento y experiencia de Cristo, espero en Dios seguir en ésta hermosa misión, compartir mi fe.

“Nunca podré agradecer a todos mis profesores y compañeros de estudio todo lo que aprendí y el día de hoy puedo compartir con mi familia y amigos. Me siento muy orgullosa de pertenecer a un hermoso grupo de exalumnos de Escuela de la Fe Guatemala”.

“Para mí lo más importante de ser catequista es tocar el alma de los niños, siendo maestra por muchísimos años, encontré que para mí la vocación de ser catequista es lo más importante en toda mi vida, encontré el don que es transmitir a los niños el amor de Dios”.

«El haber cursado el Diplomado de Sacramentos junto con mi hijo mayor y mi esposa me permitió compartir en familia toda la riqueza que dentro de la Iglesia tenemos con estos maravillosos dones del amor de Dios.» Que la paz del Señor reine siempre en cada uno de nosotros.